El objetivo es mitigar el impacto del incremento de los costos de alimentación de los animales
Una resolución del Ministerio de Economía establece que abonará, en un único pago y directo al productor, hasta $ 30.000 por cada tonelada de soja y derivados que hayan requerido.
Entre los considerandos de la resolución 100/2023, el Ministerio de Economía grafica con claridad la situación del sector avícola a la hora de afrontar costos y el vaivén de precios en insumos: “la incidencia de la alimentación en el pollo vivo oscila entre el 60% y el 70% por cabeza”.
En ese marco, el Gobierno recordó los fundamentos de las ediciones del dólar soja pero reconoció que la suba resultante de la oleaginosa “afectó el equilibrio económico financiero de los productores”. Por eso, este jueves anunció subsidios en la actividad.
¿De qué se trata? Se dispuso el destino de $2.200.000 millones para la producción de pollos de tipo “parrillero”, con subsidios de hasta $30.000 por cada tonelada de soja o derivados de la misma que hayan sido aplicados por los productores avícolas. Será un pago único y directo hacia quienes se inscriban. El plazo para solicitar el beneficio es de 15 días.
Los fondos del flamante “Programa de Fortalecimiento Productivo Argentino-Sector Aviar” saldrán del Fondo de Incremento Exportador (conocido como “Dólar Soja”).
El pasado mes de enero el ministro, durante un acto en Entre Ríos, había señalado que esta medida en la producción de pollos se sumaría también a la compensaciones en huevos y cerdos, otras áreas afectadas por las subas de la soja.
Según sostiene la resolución de este jueves, la finalidad de las dos ediciones del dólar soja fue “financiar una prestación monetaria extraordinaria no contributiva y de alcance nacional para la adecuada alimentación de personas en situación de extrema vulnerabilidad”.
“Y por otra parte estimular la producción y el desarrollo de pequeños y medianos productores y de economías regionales. Estas medidas fueron tomadas para garantizar objetivos prioritarios en el marco de la situación actual de la economía mundial directamente afectada en el abastecimiento global de productos agroalimentarios, combustibles y energía por la invasión de la Federación Rusa a Ucrania”, plantearon desde Economía.
Y es en ese marco donde reconocen la aparición de las subas en la soja y sus consecuencias. “En la coyuntura antes descripta se registró un incremento del precio de la soja y sus derivados -entre los que se encuentra el alimento balanceado en el mercado local, que afectó el equilibrio económico financiero de los productores, en tanto tales insumos son esenciales en la dieta de las aves”.
Así fue que llegó el pedido del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA): la entidad privada solicitó que se implementaran medidas para compensar los aumentos registrados en el mes de diciembre pasado y enfocaron las causas en los costos de los insumos del complejo sojero.
“Durante todo este tiempo se ha mantenido fluidamente el abastecimiento ante la demanda interna existente, sin afectación del precio de salida de la planta frigorífica”, remarcaron los industriales.
Por eso, en pos de evitar que ahora sí se produzca esa afectación en los precios de salida de la industria y repercuta en un índice general de inflación, Economía tomó la decisión de destinar estos fondos.
Además, la medida se da en el marco de las subas de precio en los mostradores para la carne vacuna, luego del largo reclamo de los productores de esa hacienda de valores de hacienda “planchados” durante largos meses en 2022.
Esta semana desde el sector matarife advirtieron que ya están en proceso incrementos de entre el 20% y 25% en las carnicerías.


