Este viernes se reuniría el directorio del organismo para bajar la exigencia de acumulación de reservas y habilitar un giro de USD 5.300 millones
Días después del anuncio del canje de deuda en dólares para el sector público, una medida con la que buscará financiamiento para el Tesoro y una herramienta para mantener a raya al contado con liquidación, el Gobierno espera que en los próximos días el Fondo Monetario Internacional otorgue su visto bueno a la cuarta revisión trimestral del programa, que incluye un cambio en las metas de acumulación de reservas y un diagnóstico con alertas por parte del staff del organismo sobre los próximos meses de la economía.
Eso sucede porque, en términos generales, los exámenes trimestrales que realiza el FMI no solo versan sobre los objetivos mensurables en discusión -en este caso, los últimos números de 2022- sino sobre la marcha actual del programa. Y los últimos meses tuvieron distintos hecho macroeconómicos y medidas que el Ministerio de Economía y el Fondo Monetario debatieron durante dos meses antes del acuerdo preliminar anunciado hace quince días.
Por un lado, la sequía que tuvo ya un fuerte impacto en el horizonte de acopio de divisas en el Banco Central por una menor producción agropecuaria y un menor nivel de exportaciones. Ligado a eso, una recaudación tributaria recortada por ingresos más acotados de derechos de exportación. En el medio, una aceleración de la inflación que llevó al IPC de los dos primeros meses del año por encima del 6 por ciento.
En este tiempo, además, el Palacio de Hacienda ensayó una serie de medidas para buscar estabilidad en el frente financiero y que la sangría de reservas no derive en volatilidad en los precios de los dólares financieros -a los que en los despachos oficiales les adjudican parte de la explicación por la inflación mensual más alta de la esperada en lo que va de 2023- y sobre los precios de los activos argentinos.
En ese listado se encuentran el anuncio de recompra de bonos globales que hizo el Ministerio de Economía en las primeras semanas del año, un canje de bonos en pesos para despejar 4,34 billones de pesos de vencimientos hasta fines de junio y, la más reciente, una conversión compulsiva de títulos en dólares bajo ley extranjera (Globales) para los tenedores intra sector público, a cambio de bonos duales con vencimiento en 2036. Esta última medida incluye subastas de bonos en dólares ley local (Bonares) para darle mayor volumen a la plaza de negociación del “contado con liqui”.
Sobre esta última medida, está por verse qué nivel de apoyo ofrecerá el directorio y el staff del FMI. El Ministerio de Economía había dejado saber que el organismo estaba al tanto de la decisión, aunque la vocera del Fondo Julie Kozack mencionó que los técnicos están evaluando el canje y sus consecuencias. Por lo pronto, el staff ya se pronunció contra la recompra de deuda con reservas del BCRA.
Si el board del FMI da su visto bueno -se prevé que la sesión tenga lugar este viernes- desencadenará un desembolso, el primero de 2023, por USD 5.300 millones. De ese total, una parte quedará en el organismo, ya que el Gobierno acordó con Washington posponer para ese día el pago de USD 2.700 millones de vencimientos a la propia entidad.
En una entrevista este fin de semana Sergio Massa señaló que el FMI está “en un período de secreto, porque cada director se está informando previo al voto de aprobación. Pero puedo anticipar que se modifican las metas de reservas para todo el año y se establece algunas nuevas pautas que el comunicado de prensa del Fondo deja entrever”.


