A pesar de la reciente subida en la tasa de interés de los plazos fijos, algunos economistas expresan inquietud debido a la aceleración de la inflación, que podría superar los efectos de esta medida
Ignacio Petunchi
La devaluación del 22% sobre el tipo de cambio oficial, más el incremento impositivo sobre las importaciones de bienes y servicios dos semanas antes de las PASO, recalentó el motor inflacionario y algunos economistas arriesgaron a pronosticar una suba de precios de hasta el 15% en agosto.
En ese contexto, la reciente actualización del rendimiento mensual del plazo fijo se pone en duda: a sólo cuatro días de la suba de la tasa de interés, ¿ya quedó vieja?
Para Pablo Repetto, director de research de Aurum Valores, “la tasa quedó atrasada por la suba abrupta de la expectativa inflacionaria”. A propósito de la corrección del tipo de cambio, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) elevó la tasa mínima garantizada para plazos fijos y determinó un rendimiento mensual del 9,7% para imposiciones a 30 días hasta $30 millones.
Según el ministro de Economía, Sergio Massa, la devaluación se dio tras una intensa puja con el Fondo Monetario Internacional, organismo que solicitaba, según el funcionario, una corrección del tipo de cambio del 100% primero, y del 60% después. “El FMI pedía 100% de devaluación, después bajó al 60% y finalmente logramos acordar en el 20% por ciento”, dijo.
Sin embargo, la instrumentación de la medida, sin comunicación pública y aplicada sin estar encuadrada en un plan de contingencia concreto, “hace que el traslado de la devaluación a precios haya sido muy inmediato”, explica Repetto. Previo al resultado electoral, el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del BCRA, anticipaba un IPC del 7% para julio y del 7,9% para agosto, con una proyección de 140% para todo el año.
Ahora, para Pedro Siaba Serrate, director de research de Portfolio Personal Inversiones (PPI), con los efectos del 7,5% a la importación de bienes, del dólar maíz, la devaluación y la suba de los dólares financieros, “probablemente estamos hablando de un ritmo de inflación que incluso puede quedar por arriba del umbral del 10%”.
“En ese sentido, el incremento de la tasa no alcanza para generar una tasa real positiva, uno de los puntos que pide el FMI en el acuerdo”, alerta el economista.


