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Finanzas

De burbujas y mercados

Por Federico Alonso

Algunos agentes comienzan a preguntarse si el auge reciente de los mercados encontrará su techo en un futuro cercano. Le gran emisión de moneda por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos como medida para palear los efectos de la pandemia, ha tenido como resultado no solo una rápida recuperación en los precios de distintos activos, sino que los mismos han superado sus máximos históricos.

Para darnos noción de la magnitud, se estima que durante el año 2020 la cantidad de dólares en el mundo se incrementó un 22%, una emisión nunca antes vista. Ahora bien, si se observa el índice norteamericano Standard & Poor’s 500, el cual representa el valor de 500 de las principales empresas de país, se observa que se incrementó un 75% desde los mínimos alcanzados durante el año. Esta observación no nos indica que el movimiento debiese acabarse, pero si nos obliga a ser cautos antes de invertir en acciones de empresas en el corto plazo.

Un hecho destacado en el plano local es que durante el último año, en Argentina se incrementó la negociación de CEDEARs (acciones de empresas estadounidenses que cotizan en Argentina), en parte para huir del riesgo argentino pero también por la cobertura cambiaria que nos otorga, entonces a pesar de que algunos inversores puedan vislumbrar una corrección de carácter menor en el mercado del Norte, aún así podría quedarse con algunos CEDEARs por cuestiones de cobertura cambiaria.

Esta vorágine se hizo aún más visible en el ultimo tiempo por activos más conocidos; como la acción del momento la cual es Tesla, cuyas acciones subieron más de un 800% durante el año 2020, las mismas Cryptomonedas con subas de las mas variadas pero todas a una velocidad que no suele verse a frecuentemente en el mundo, la suba de precios en los commodities, o bien el último fenómeno de GameStop y sus casos aledaños.

La única certeza (palabra casi prohibida en finanzas) que nos otorga esta masiva emisión de dólares es que la misma eleva el piso de los precios, es decir, que en caso de una próxima corrección los valores pueden bajar, pero no a su punto de origen. Algunos pueden pensar que estamos en un momento histórico de bonanza, y que las condiciones son diferentes a las del pasado, pero si uno estudia la historia económica puede observar que eso mismo es lo que suele pensarse en una burbuja.

Por otro lado, a pesar de que un inversor considere que estamos efectivamente en una burbuja y quisiera posicionarse a la baja para sacar provecho de entrar en un mercado correctivo, debería considerar que muchas veces el mercado puede mantenerse irracional por más tiempo de lo que su espalda puede soportar. Aunque la manada este equivocada, ponerse delante de ella le puede aplastar, o como me gusta llamarlo “Efecto Mufasa”.

Ya sea en 1636 con la famosa Tulipomanía donde se podían comprar casas con bulbos de tulipanes, en la década de los 90´ con la crisis inmobiliaria de Japón donde el valor de las propiedades de Tokio llegó a equivaler la suma de todas las propiedades en Estados Unidos, o más recientemente la burbuja de las Punto COM, donde empresas como Yahoo llegaron a tener un precio tan alto que se necesitaban 3000 años para recuperar la inversión a base de dividendos. La historia se repite, pero el truco está en saber precisamente cuando, por lo pronto, solo nos queda ser cautos.