Por Victoria Alvarez
Muchos de los eventos más importantes que pasaron en nuestra vida han sido Cisnes Negros. Se trata de sucesos que no somos capaces de predecir y que tienen consecuencias realmente masivas. Pueden ser buenos o malos. Nassim Nicholas Taleb desarrolló la teoría del cisne negro y dedica su vida a estudiar los problemas relacionados con el azar, la incertidumbre y la probabilidad.
Taleb nació en el Líbano en 1960 y, si bien, este ensayista e investigador tiene varios libros en su haber, hoy vamos a descubrir la teoría del cisne negro, la cual está ampliamente desarrollada en uno de sus más exitosos ejemplares a nivel internacional.
La metáfora del cisne negro aparentemente tiene su origen en la antigua Roma en donde tenían la expresión “es tan raro como un cisne negro” dado que suponían que se trataba de un cisne muy poco probable de encontrar. Taleb hizo una adaptación y en su teoría no habla de un ave, sino de un suceso que tiene tres características esenciales: es raro dado que no hay ningún elemento en el pasado que nos oriente sobre su posibilidad de ocurrencia, produce un impacto tan extremo que tiene consecuencias importantes en nuestras vidas y, además está caracterizado por la predictibilidad retrospectiva. Es decir, si bien no podemos verlos venir antes de que sucedan, una vez que ocurren, pensamos que eran casi obvios y muy predecibles.
De estos acontecimientos trascendentales que nos toman por sorpresa hay vastos ejemplos. Entre ellos encontramos la crisis de los mercados en 1987, la primera guerra mundial, el invento de la computadora, el estallido de la burbuja de las puntocom en el 2000 y los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. Muchos consideraban que el COVID-19 era un cisne negro pero el mismísimo autor lo niega dado que implicaría suponer que uno no lee literatura ni va al cine porque hay vastas novelas y películas al respecto. No solo eso, en nuestra historia tenemos el antecedente de la peste negra que aniquiló a un tercio de la población europea del Siglo XIV, y este no es el único ejemplo. En una entrevista brindada en Octubre pasado el propio escritor comentó que hubo 72 plagas devastadoras en nuestra historia antes de 1994 por lo tanto es imposible considerar que se trato de un evento raro dado que hemos sido atravesados por situaciones de características similares. La única diferencia es el nivel de conectividad que hay actualmente, lo que provoca que en lugar de epidemias ahora tengamos grandes pandemias.
Nos queda para reflexionar si la pandemia del coronavirus no fue un cisne negro dado que con lo vivenciado en el pasado hubiéramos tenido las herramientas para poder anticiparnos ¿qué pasará con los próximos eventos que sí tendrán carácter de cisne negro? ¿serán más devastadores? Aunque solo la historia lo dirá preferimos mantenernos positivos y pensar que solo lo bueno está por venir.


