Por Facundo Fredes
El e-Yuan ya es una realidad. El Banco Popular Chino (PBOC por sus siglas en inglés) ha comenzado a distribuir su moneda digital pública (CBDC) en algunas localidades a modo de prueba piloto y se estima una implementación más activa para los JJOO de invierno de Pekín 2022. De esta forma China, al igual que en el siglo IX con la invención del papel moneda, tomó la delantera y se transformó en ser el primer Estado en lanzar una divisa digital pública. Poco sabemos del impacto que tendrá a futuro esta iniciativa, sin embargo, que el país más poblado del mundo comience su camino hacia la era de las monedas digitales da pie a un sinfín de interrogantes alguno de los cuales trataremos aclarar en las próximas líneas.
Sin dudas la primera pregunta que surge es cuál es la diferencia entre una CBDC y las criptomonedas como Bitcoin o Ethereum que ya llevan años de circulación. En primer lugar, el e-Yuan es el remplazo virtual del dinero en efectivo, es decir que cuenta con el respaldo del banco central de China. Esto lo hace más estable ante fluctuaciones, ya que su cotización esta atada a la del Yuan. Por otro lado, su carácter digital lo hace más seguro que su homónimo físico ante la posibilidad de una confiscación o corridas cambiarias. A su vez la utilización de e-Yuan no es totalmente anónimo, algo sumamente valorado por los amantes de las criptos que podría restarle interés. Por último, se puede mencionar que las autoridades chinas evalúan colocar fecha de vencimiento a estas monedas con el fin de estimular el consumo, algo que por ahora nunca se ha utilizado.
Otro interrogante que se presenta es el porqué de esta iniciativa, es decir cuáles son las motivaciones de las autoridades locales para lanzar semejante proyecto. En China, al igual que en todo el mundo, está disminuyendo el uso de efectivo y cada vez son más frecuentes los pagos digitales. Este tipo de operaciones hasta ahora son procesadas por empresas privadas de gran volumen y poco reguladas como Alipay, de Alibaba, y WeChat Pay, de Tencent algo que no es de agrado para Pekín, ya que ofrecen créditos sin ningún tipo de control por parte de la autoridad monetaria. La implementación de una moneda propia permitiría disminuir la dependencia de ellas, a su vez que incrementaría las posibilidades de control sobre las operaciones y la asignación de créditos.
En las últimas semanas el gobierno chino llego a un acuerdo para fundar una empresa en conjunto con la Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales (SWIFT). Esta sociedad posee el sistema que se utiliza en la actualidad para realizar la mayoría de las transferencias internacionales. La alianza con SWIFT le permitiría al gigante asiático expandir su divisa a través del mundo con mayor facilidad ya que utilizaría los mecanismos que están vigentes. Es que detrás de esta maniobra se observar el deseo de China por mejorar la posición de su moneda a nivel global. El uso del Yuan como moneda de cambio en los pagos internacionales en diciembre de 2020 solo alcanzo 1,9% de las transacciones, según los datos brindados por SWIFT, un nivel muy bajo para una de las potencias mundiales con aspiraciones hegemónica, sobre todo si se lo compara con los 38,7% y 36,7% del Dólar estadounidense y el Euro respectivamente.
Esto nos lleva a nuevos interrogantes acerca de que harán los otros países. La contienda entre EE.UU. y China parece haber entrado en un nuevo capítulo, o mejor dicho encontrado un nuevo escenario, el monetario. En Washington están convencido que parte de este plan es una maniobra del PCCh para saltar los bloqueo impuestos por EE.UU. y desplazar al Dólar como moneda internacional. La hegemonía del Dólar viene siendo cuestionada desde hace muchos años y se teme que este podría ser un golpe certero para destronarlo, tal es así que tanto la Secretaria del Tesoro Janet Yellen, como el Presidente de la Fed Jerome Powell ya hablan del tema y no descartan la posibilidad de lanzar un Dólar digital en el futuro.
Mientras tanto la UE también juega sus cartas, al mismo tiempo que pretende aumentar el uso del Euro como moneda de reserva mundial, ya se metió de lleno en la carrera hacia la divisa digital. Luis Guindos, vicepresidente del BCE manifestó recientemente que “El euro digital no es una opción, es algo que tenemos que hacer”. Por su parte Japón anuncio que iniciara las pruebas técnicas de su CBDC.
Al mismo tiempo que las criptomonedas cada vez tienen más repercusión en las redes y medios de comunicación, las CBDC parecen acercarse en silencio y estar más cerca de lo que pensamos. Sin duda son muchas las incertidumbres que quedan por resolver, pero con el correr de las semanas tendremos más información y nos iremos familiarizando con las CBDC.


