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Los gremios buscan acortar los plazos de paritarias

Para ganarle a la inflación los gremios prueban una nueva dinámica de negociación semestral o incluso trimestral

Los altos índices de inflación que experimenta la economía argentina desde 2018, que sólo retrocedieron en 2019 pero por efecto de la pandemia volvieron a acelerarse, obligaron a los gremios a tomar estrategias ofensivas para frenar el deterioro del poder adquisitivo del salario. Esta puja distributiva requirió que los sindicatos pugnen por acortar los plazos entre cada negociación colectiva obligando al Estado y las empresas a discusiones semestrales, que comenzaron a convertirse en una constante de los últimos años, incluso, con tiempos más cortos, como este año, donde la mayoría de las negociaciones se pactaron en forma trimestral y con revisiones a futuro.

Esta nueva dinámica gremial de “paritaria permanente” busca evitar reeditar las sangrías del ingreso de años anteriores.

Lo que debería dar el marco para una recomposición salarial inminente se transformó en una pérdida de la participación del salario en el ingreso. Es decir que mientras la torta se agrandaba, la porción que se llevaron los trabajadores se volvía más pequeña.

El último dato disponible del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) muestra un marcado descenso: la porción del ingreso de la que se apropia el trabajo pasó de ubicarse del 51,2% en 2016 al 43% en diciembre del 2022.

De esta manera, la persistente caída en el poder adquisitivo de los salarios, el incremento de la pobreza, el menor costo laboral y la mayor productividad, fueron configurando un escenario regresivo para la distribución del ingreso en el país.

El ahogo del sector asalariado obliga a repensar las relaciones entre desempleo e ingresos de años anteriores. En agosto de 2017 el salario promedio se encontraba en torno a los u$s 1.407 mientras el desempleo se encontraba en el 9,1%. En febrero del 2023 el desempleo se arrimó al 6,3% _el menor nivel desde 2015_ pero el salario se comprimió hasta los u$s 271.

Por otra parte, la recuperación de la actividad y el empleo es innegable y es el principal activo del oficialismo de cara a las elecciones de este año. Sin embargo, esta recomposición se encuentra apalancada en el crecimiento del empleo precario. La informalidad laboral, que se ubica en niveles récord de 37,4% del total, se instala en la Argentina como un parteaguas de las conquistas gremiales y dificulta la tarea ineludible de las organizaciones, el de acelerar la recomposición de ingresos.